En un intento por contrarrestar el cambio climático, la economía circular está ganando impulso como marco para lograr la sostenibilidad, la eficiencia de los recursos y la reducción de residuos. En este contexto, el etanol puede desempeñar un papel fundamental como recurso que promueve un enfoque circular de la producción y el consumo de energía. Merece la pena explorar las propiedades del etanol, su proceso de producción y su uso en relación con la economía circular y cómo podría contribuir a un futuro más sostenible.
¿Qué es la economía circular?
A diferencia de la economía lineal tradicional utilizada para la mayoría de los productos básicos, que sigue un modelo de "tomar, fabricar, desechar", la economía circular pretende minimizar los residuos y maximizar la utilización de los recursos. Se centra en tres principios fundamentales:
Diseño para la longevidad
Reutilización y reciclaje
Los materiales y productos se reutilizan, renuevan o reciclan para mantenerlos en circulación y reducir la necesidad de recursos vírgenes.
Gestión sostenible de los recursos
Los recursos se gestionan de manera eficiente, minimizando los residuos y el impacto medioambiental.
Diseño para la longevidad
El etanol suele utilizarse en productos finitos, como disolventes, desinfectantes y cosméticos. Por tanto, hacer que los productos sean más longevos significa ampliar su vida útil. El etanol desempeña un papel crucial a la hora de evitar que los productos se estropeen más rápido y de aumentar la longevidad de, por ejemplo, los disolventes mediante la estabilización de los ingredientes; cuanto mayor sea la longevidad de un producto, más tiempo tendrán los consumidores para utilizarlo, reduciendo así los residuos innecesarios.
Reutilización y reciclaje
La producción de etanol suele utilizar residuos agrícolas, materiales de desecho y subproductos. De otro modo, estos materiales irían a la basura, pero a través de la producción de etanol se convierten en un producto valioso para diversos sectores. Un producto que se beneficia del uso de más etanol es el combustible: mezclado con gasolina, el etanol permite utilizar menos combustibles fósiles y genera menos emisiones de CO2. Es un recurso valioso que facilita la transición hacia alternativas energéticas más limpias.
Gestión sostenible de los recursos
Durante la producción de etanol, subproductos como los restos de grano crean residuos potenciales. Utilizándolos como pienso o fertilizante agrícola se crea un sistema de circuito cerrado en el que nada se desperdicia. Otro enfoque, sin embargo, es la creación de alcohol de segunda generación: al transformar los restos de grano en etanol, se reutilizan los residuos de materias primas, lo que permite un uso más eficiente de los recursos.
Otra forma de hacer más sostenible la cadena de suministro de etanol es el uso de energías renovables en el proceso de destilación; especialmente en climas como Brasil y China, con mucha y constante exposición al sol, la energía solar puede utilizarse para sustituir a los combustibles fósiles, mientras que la energía eólica terrestre y marina puede convertirse en una fuente de energía popular en Estados Unidos y Europa Central.
Circular - con etanol
Utilizar etanol según los principios de la economía circular no sólo incentiva un consumo más responsable, sino que también crea un cambio sostenible en la industria del etanol, así como en muchos otros sectores. Además de hacer que las cadenas de suministro de etanol sean lo más circulares y sostenibles posible, este valioso recurso puede utilizarse en otros procesos para apoyar un enfoque más circular de las materias primas y los servicios. Esto consolida la posición indispensable del etanol en el mercado y su relevancia, que sigue creciendo con las consideraciones medioambientales.
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