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De becario a jefe de ventas: Charla con Víctor, el primer empleado de Nedstar

Escrito por Arlene Occelli | Nedstar | 17-dic-2025 13:49:08

Víctor fue el primer empleado de Nedstar y, en los últimos siete años, se ha convertido en la fuerza aguda y constante que respalda a nuestro equipo de negociación global.

Si el trading es una cacería, Víctor es quien espera el momento oportuno y golpea con precisión. Tranquilo bajo presión, de ideas claras y con la confianza de clientes de todos los continentes, ahora dirige el equipo de Nedstar con un estilo de liderazgo que es a la vez analítico y tranquilo.

 

Una conversación con Víctor

Para celebrar su séptimo aniversario, nos sentamos con Víctor para reflexionar sobre los primeros días, las lecciones aprendidas y su evolución de becario a Jefe de Ventas.

Volvamos a los comienzos, cuando Nedstar estaba empezando y usted aún era becario. ¿Qué es lo que más recuerda de aquellos primeros días?

Empecé como becario, pero desde el primer día sentí que era más que eso. Ayudaba con la logística, pero también trabajaba en finanzas, marketing e incluso hacía presentaciones para conseguir financiación bancaria.

Mirando atrás, fue una época de constante resolución de problemas y aprendizaje. Trabajaba en estrecha colaboración con Arthur Doorenbos y Steven van Wassenaer, que acababan de fundar la empresa. Los tres nos encargábamos de todo juntos: grandes decisiones, pequeños incendios, de todo. Éramos un equipo pequeño, pero cada uno de nosotros tenía un gran interés en que funcionara. Esa mentalidad dio forma a todo lo que vino después.

¿Recuerda su primera operación en Nedstar?

Fue durante mi primer viaje de trabajo a Costa de Marfil. Nunca había estado en África, pero llegar allí me resultó extrañamente familiar. El clima me recordaba al de mi país natal, Brasil: cálido, húmedo y lleno de energía.

Teníamos una lista de empresas a las que queríamos dirigirnos, así que empezamos a llamar a las puertas. La mayoría de esos esfuerzos no condujeron a nada. Pero, para mi sorpresa, una de esas reuniones se convirtió en un acuerdo. Aquella experiencia me enseñó lo poderosas que pueden ser las reuniones en persona.

Usted aprendió directamente de los dos fundadores de Nedstar, Arthur Doorenbos y Steven van Wassenaer, que tienen estilos de negociación muy diferentes. ¿Cómo influyó eso en su propio enfoque?

En los primeros años, los tres trabajábamos codo con codo, abordando problemas y detectando oportunidades juntos. Arthur es rápido e instintivo. Se mueve rápido, asume riesgos y no duda cuando ve potencial. Steven es más estructurado y analítico. Se toma su tiempo, sopesa las opciones y planifica con cuidado.

Naturalmente, me encuentro a medio camino entre los dos. Por naturaleza, soy analítico, pero en el trading, la velocidad es crucial. No se puede esperar a estar seguro al 100% de una operación, porque para entonces la oportunidad puede haber desaparecido. Eso es algo que aprendí de Arthur: a veces tienes que confiar en tus instintos y actuar con rapidez.

Empezaste como becaria, trabajaste en varios departamentos y ahora diriges el equipo como Jefa de Ventas. ¿Cómo describiría su estilo de liderazgo?

No soy el tipo de jefe que dice a la gente lo que tiene que hacer. Prefiero dejar que el equipo descubra las cosas por sí mismo. Así es como se crece: aprendiendo a través de la experiencia. En ese sentido, me considero más un mentor que un gestor.

Tardé algún tiempo en sentirme cómodo con eso. No se me daba bien delegar. Pero con el tiempo aprendí a dejar hacer y a confiar en mi equipo.

Gran parte de ese cambio se produjo trabajando con Steven. Siempre está pensando en el futuro, y no sólo para sí mismo, sino para todo el equipo. Presta atención a los detalles, pero siempre tiene en cuenta el panorama general. Es algo que intento aplicar ahora en mi forma de dirigir.

¿Cómo mantiene al equipo motivado y rindiendo a un alto nivel, especialmente en un mercado que cambia constantemente?

Tengo la suerte de contar con un equipo motivado, competitivo y entusiasta con lo que hace. Les gusta hablar con la gente, entablar relaciones y encontrar soluciones.

Mi papel consiste en mantener ese dinamismo y ayudar al equipo a evitar los costosos errores que pueden derivarse de la falta de comunicación, los errores de pago o los problemas con los envíos y los sistemas. Asumir riesgos calculados forma parte del trabajo. Pero siempre tenemos que saber exactamente qué riesgos asumimos y por qué.

¿Cómo es un buen comerciante?

Ser un buen operador significa ser analítico y sociable. Hay que entender de números, márgenes y riesgos. Pero también hay que hablar con la gente, generar confianza y detectar oportunidades en las conversaciones. Es raro encontrar a alguien que sea bueno en ambas cosas, pero en este negocio hay que serlo. Ese equilibrio entre lógica e instinto, estructura y velocidad, es lo que hace a un buen operador.

¿Qué es lo que la mayoría de la gente no entiende sobre el trading?

La gente suele pensar que el trading, y más concretamente el de materias primas, consiste sólo en números y hojas de cálculo: comprar barato, vender caro. Pero lo que no ven es lo personal que es realmente el trabajo. Este negocio se basa en las relaciones.

Estamos constantemente en contacto con clientes y proveedores. Eso significa coger el teléfono, viajar y reunirse con la gente cara a cara. Siempre estás en movimiento, creando confianza y fortaleciendo relaciones. Al final, el trabajo es mucho más social de lo que la mayoría de la gente cree.

Usted ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de nuevos mercados, entre ellos África. ¿Por qué es importante esta región y en qué se diferencia de Europa?

África es cada vez más importante, sobre todo a medida que crece la demanda en las economías en desarrollo. Pero tener éxito allí requiere un enfoque muy diferente.

En los mercados occidentales, las empresas están estructuradas. Se trabaja con equipos de compras y reuniones en línea. En África, los negocios son mucho más personales: a menudo se trabaja directamente con los propietarios, y la confianza lo es todo. Las reuniones tienen lugar en restaurantes, no en salas de juntas, y las relaciones se construyen cara a cara a lo largo del tiempo.

También hay retos únicos, como los retrasos en el flujo de caja o las restricciones monetarias. Eso forma parte de hacer negocios allí: hay que entender la realidad local y ser flexible. Si lo haces, las oportunidades son enormes.

Usted ha trabajado en medio del COVID, los conflictos, la inflación y, ahora, las perturbaciones del comercio. ¿Cómo mantener la concentración cuando el mercado se vuelve ruidoso?

La respuesta breve es: trabajando. Hay que mantenerse al día. En este negocio, el principal activo con el que operamos es la información. Las cosas se mueven deprisa y, si no hablas constantemente con la gente, te quedas atrás.

Tengo los ojos puestos en el Financial Time, pero los titulares por sí solos no te ayudarán a cerrar un trato. Necesitas información directa y en tiempo real del mercado. Eso significa llamar, viajar y escuchar lo que dice la gente. Cuanto más lo hagas, mejor posicionado estarás. Es una disciplina diaria.

Ante el aumento de los aranceles y los cambios en las rutas comerciales, ¿qué deberían hacer ahora los compradores inteligentes?

Cuando se produce una crisis que interrumpe la cadena de suministro, se necesitan opciones. Más que nunca, los compradores necesitan relaciones sólidas con los comerciantes. Eso es lo que te da flexibilidad cuando las cosas cambian.

Uno de los mayores valores que ofrecemos es nuestra red. Conocemos múltiples proveedores, múltiples rutas y múltiples formas de hacer llegar un producto a su destino. Eso no es algo que la mayoría de las empresas centradas en la producción puedan construir de la noche a la mañana.

Siete años después, ¿qué es lo que le sigue entusiasmando?

Mi papel ha cambiado mucho con los años. Ahora me centro más en el liderazgo: gestionar a otros, eso es algo que todavía estoy aprendiendo. Pero incluso en el propio mundo del trading, estás en constante evolución. El mercado cambia, las relaciones cambian.

Y eso es lo que lo hace apasionante. No puedes sentirte demasiado cómodo en este negocio. Si dejas de aprender, te quedas atrás. Y aún estoy lejos de haber terminado de aprender.